Durante el confinamiento, he leído libros, he empezado a pintar un cuadro siguiendo unos números y he intentado hacer deporte. Un día hasta conseguí no quedarme en el intento y le seguí el ritmo a una Youtuber.
He salido a aplaudir y he estado más pegada al móvil que nunca. Incluso le he enseñado a mi abuelo a utilizar whatsApp. Hemos hablado por videollamada y he conseguido que no se acercase tanto el móvil a la cara. Sigue gritándole al teléfono, pero eso lo solucionaremos más adelante.
He llamado a mis amigos más de la cuenta. Hemos jugado partidas de Parchis Online y hemos brindado con una cerveza virtual. He estado 3 meses, empleando el tiempo en demasiadas cosas. Ahora, quiero dedicárselo a mis amigos y a la familia. Sin ningún teléfono de por medio y sin cervezas virtuales.